No saber que hacer, no saber Para donde disparar, no darse cuenta de nada, estar postrado en una cama o simplemente en el sillón de tu casa, no encontrar motivación en nada, ver todos los días la novela de turno sin saber siquiera como se llama el protagonista, pasar las paginas de un libro sin saber que lees, estar inmersos en un mar negro del cual cuesta salir a flote, escuchar historias mucho peores que las tuyas y que ni siquiera eso te haga tomar conciencia de tu vida, de que la felicidad esta ahí a dos centímetros de tu puerta, el padecer levantarte temprano a la mañana y empezar a li
diar con las tediosas conversaciones de un lugar de el cual no sos parte, con personas que no son ni la cuarta parte de tu corazón, llegar a tu casa y quedarte sola y darte cuenta de que el amor parece estar muy lejos, pensar todos los días que tenes que tomar una decisión que va a formar parte de eso que llamamos futuro, eso que en teoría construye un estereotipo de felicidad que nos inculca esta sociedad, esas presiones que nos disponemos nosotros mismos por cumplir a raja tabla. Esas recetas de felicidad que siempre le falta un condimento, un ingrediente secreto que debemos descubrir nosotros mismos, eso que nos falta para completarnos. Las paredes de una habitación fría, que no tiene dueño no tiene vida, solo un par de cuadros colgados y un corcho con un par de fotos que encima reflejan angustia. Ese, este vacío. COMO SE ARREGLA? COMO SE LLENA?, Y CON TODO LO DEMAS? QUE SE HACE?
BY ME

