El cansancio se apropia de mi mente y todo acaba en raros sueños.
Las horas pesadas se van tan pronto despierte, me engaña el silencio, creo que estaré bien y al volver de los ruidos caigo a llorar en soledad.
Que aburrimiento, "todo siempre es tan complicado" la gente ignora mi avidez, se empañan en trabar mi libertad.
Ellos con sus ambiciones, las mías importan un comino. Las ganas se forzan y yo me agoto.
La gente ignora mi avidez; obstruye mi pretensión, acaba mis motivos.
La gente es exasperante… mi dolor se hace tedio y decepción. No podré vivir, fingir que he estado conforme con lo que tengo, si no tengo lo que necesito.
La gente es esa niebla que empaña mi visión, detiene cualquiera de mis intenciones.
La gente desprecia mi capacidad.
Y por la gente vivo, por ellos callo y detengo el paso.