
Y en ocasiones llego a pensar que la soledad es la mejor medicina para evitar que la gente te haga daño, para no tener que superar determinadas situaciones, pérdidas o gente que te ignora cuando tú misma se lo has dado todo, te has mostrado tal cual eres para que años más tarde eso quede en el olvido sin importar lo que uno puede llegar a sentir cuando lo apartan como un trasto viejo, lo mismo que se renueva cuando ya no gusta, cuando ya no es necesario… lo mismo hicieron conmigo y por más que intento pensar no consigo encontrar las razones y, lo que aún es peor, no soy capaz de superarlo y las lágrimas me inundan los ojos en el momento menos esperado.
Comienzo a afirmar que la soledad no es triste ni pesada, sino un remedio por el que en ocasiones podrás sentirte mal pero que, en el fondo, sabes que nadie al que aprecias o quieres demasiado te falle y eso cause dolor, rabia, impotencia pero ya no por esa persona, sino por mí, por no saber salir de esta situación, por no saber cómo pasar página y aceptar la nueva situación de una vez por todas.
Odio querer a quien no se lo merece pero, por el contrario, no me arrepiento de todos dias porque es gracias a ellos a los que he aprendido a saber y conocer a quién tengo y a quién no;
Este ha sido un curso complicado por mil y una razones pero creo ser más fuerte, creo tener nuevas exquisitas metas que alcanzar y una vida que, ante todo, me permitirá desenchufarme de este paraíso en el que vivo, una nube que últimamente me ha traído más lluvias que bonitos cielos pero, sobre todo, conocer gente, madurar y dejar a un lado todo aquello que me daña.

